A veces lo que pensamos que es una cualidad negativa, resulta ser positiva, así pasa en el caso de los productos elaboradas de resinas poliméricas, lo que se pensó en un primer momento que la alta resistencia y difícil degradación era maligna para el medio ambiente, resulta ser el agente que hace posible la circularidad del plástico. 

El problema radica realmente en la baja iniciativa que existía de separar y recolectar para impulsar el reciclaje plástico, esto principalmente debido al precio de la resina que resulta muy barato y era mucho más sencillo fabricar productos nuevos que realizar todo el proceso. Sin embargo, esto trajo consigo grandes problemas en torno al control de los desechos plásticos. Por lo tanto, actualmente la preocupación ha llevado a gobiernos y empresas a comprometerse a tomar acciones para resolverlo. 

Avances para la circularidad del plástico

Se planea que para el 2030 la reducción de residuos plásticos haya disminuido más del 50% y que, buena parte de los envases plásticos que se encuentren en el mercado hayan sido fabricados de resina reciclada. 

El avance en los tipos de reciclaje que se utilizan ha permitido que se puedan fabricar artículos una calidad similar a los que se fabrican con resina virgen, debido a qué el reciclaje químico o por hidrólisis, permiten romper las cadenas poliméricas y, por lo tanto, recuperar las sustancias que componen las resinas plásticas que son aptas de ser recicladas por estos medios.

La circularidad del plástico se presenta con grandes ventajas, primera y más importante al medio ambiente y la sustentabilidad, ya que se reducirían los desechos plásticos y el nivel de emisiones de carbono que se emiten en la fabricación de los artículos. Por otra parte, representa un ahorro monetario pues el tipo de resina es más económico, además, ayudaría a esas industrias a no continuar dependiendo de los combustibles fósiles.