Mitos alrededor de los envases de plástico
Mitos alrededor de los envases de plástico
Se ha hablado mucho acerca de los múltiples problemas que acarrea el uso de envases plásticos, pero, ¿qué tan cierto es esto o hasta qué punto estamos en lo correcto satanizando la utilización de los mismos para embalaje?.
Cada año miles de toneladas de comida se desperdician, esto provoca emisiones de carbono muy grande, sumando un porcentaje considerable a las producidas por la industria del transporte. La solución más simple a la que han llegado algunos gobiernos es prohibir o restringir la utilización de plásticos como contenedores y bolsas, una acción que no resuelve el problema de fondo.
La utilización de vidrio y metal como envases para alimentos tampoco es una alternativa amigable con el ambiente, a pesar que su reciclaje es más sencillo, la producción resulta más costosa y el transporte menos eficiente.
Se tiene la falsa idea que los envases plásticos son productos de un sólo uso, sin embargo, estos empaques sirven para contener, transportar e incluso preservar muchos alimentos. Es cierto que, objetos como los popotes son innecesarios, sin embargo, nosotros hablamos de botellas y envases que son requeridos para la industria en distintos niveles de la cadena de producción.
¿Cuál es entonces la solución? Nosotros apostamos por una economía circular, es necesario que todas las industrias que utilizan este tipo de envases sean conscientes de lo urgente que es minimizar desperdicios y apostar por empaques más avanzados.
La recolección y reciclaje de envases plásticos es sólo una parte en la cadena de valor para lograr un cambio, de igual forma, la innovación en el desarrollo de nuevos diseños más sustentables para que su ciclo de vida sea más grande son acciones fundamentales que en conjunto pueden lograr cambios contundentes.
Por otro lado, la educación al consumidor es otra de las partes fundamentales, orientarlo a que elija determinado empaque por sus bondades con el medio ambiente y no sólo por el producto es otra de las tareas más importantes y difíciles por hacer.
Si logramos llevar a cabo estas acciones es posible que comencemos a ver cambios con respecto al impacto ambiental y en la forma en que el consumidor y la industria interactúan con un fin común, el bienestar.